Introducción

Con un modelo energético, actual, responsable del deterioro del medio ambiente; (dependiendo para quién, en mayor o menor medida). No hay peor ciego que el que no quiere ver, hay quién cree que a lo largo de la historia, del planeta tierra, ya han existido ciclos opuestos de calor y frío extremo, y que ahora nos encontramos en uno de ellos de manera natural.

Como ya he adelantado al comienzo de la entrada, comparto y defiendo que el modelo actual de gestión energética y residuos, es un acelerador que nos lleva a una situación complicada, a reconducir más temprano que tarde. Lo podemos llamar cambio climático o no, pero no debemos dudar de los hechos palpables, (deshielo, cambios en las estaciones, etc.), indicadores que encienden la luz y sonido de alerta.

Gracias a las tecnologías: Blockchain, IOT y AI existen primeras soluciones para hacer posible un consumo más sostenible. Se puede calificar como un modelo de «trueque», entre compañías eléctricas, que ceden excedentes de electricidad optimizando consumo y distribución de la misma.

También es posible el retorno a la red de energía no consumida por usuarios (con energías renovables en sus viviendas). Compensando al usuario por la energía suministrada a la red principal. Ayudando a promover las instalaciones de energías limpias en viviendas particulares.

Conclusiones

Por ende es de esperar que los órganos, que deben velar por la salud del planeta, quieran aprovechar las bondades de las tecnologías, y ayudar a frenar esta inquietante inercia.

Estas soluciones implementadas e implantadas en grandes ciudades serían medidas paliativas contra la contaminación lumínica y la calidad del aire. Ayudando a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

El impacto de estas soluciones no sólo repercute en mejorar la salud del medio ambiente sino también en optimizar el pago por consumo.

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